Chapter 748 Capítulo 1923 Desde aquel día, Maira se dedicaba a llevarles comida a diario para compensar su descuido al no haber atendido bien la cocina. Los abuelitos se estaban recuperando muy bien y después de que el médico les realizó un chequeo completo, les dio el alta del hospital. Leonardo había pausado sus asuntos en la empresa para ir al hospital a recoger a los abuelos. “Abuelita, ten cuidado,” Maira le dijo a Brenda mientras la ayudaba a sentarse en el asiento trasero del coche, luego también ayudó a Gustavo a abordar. No habia chofer, Leonardo conducía personalmente, con los abuelos sentados atrás y Maira en el asiento del copiloto. “¿Cómo les ha ido estos días solitos en casa?”, preguntó Brenda con una sonrisa, mirando lo bien que hacían pareja su nieto y su futura esposa. Estaba muy contenta. Había estado preocupada por el matrimonio de Leonardo por mucho tiempo, pero ahora por fin todo parecía haber llegado a buen puerto. De hecho, Maira había estado sola en casa durante ese tiempo; Leonardo apenas había vuelto a casa unas pocas veces. Maira miró a Leonardo y al ver que él no planeaba contestar, rápidamente asumió su papel de esposa devota y respondió con una sonrisa: “¡Abuelita, estamos muy bien! No te preocupes.” Al ver lo considerada que era, la sonrisa de Brenda se volvió aún más cariñosa: “Mairita, ahora que cuidas de Leo, me siento mucho más tranquila. Ahora que ya está decidido lo de su matrimonio, ¿no creen que podrían empezar a pensar en tener hijos? Tu abuelo y yo ya queremos tener bisnietos.” Maira se quedó de piedra y lanzó una mirada suplicante hacia Leonardo. ¡Por favor! ¡No sabía cómo seguir con esa conversación! “Abuela, eso de tener hijos puede esperar,” contestó Leonardo con serenidad, mirando al frente como si el tema. fuese tan trivial como el clima del día. Brenda no estaba nada satisfecha con su respuesta: “Ya tienes treinta años, ¿cuándo piensas tenerlos si no es ahora? Mairita, no le hagas caso, hay que empezar a planearlo ya.” “Abuela, está bien, lo intentaremos.”, dijo Maira con una risita nerviosa, bajando la cabeza y sonrojándose. A pesar de saber que entre Leonardo y ella no pasaría nada, no podía evitar sentir vergüenza al hablar de ese tema. Brenda estaba muy contenta con la respuesta de Maira y se volvió hacia Gustavo, tomando su mano: “Ves, siempre dije que este chico necesitaba a alguien que lo controlara. Ahora que está Mairita, nos podemos dejar de preocupar.” Gustavo asintió, de acuerdo con las palabras de su esposa. Leonardo condujo con especial cuidado de regreso a la mansión de los Ibarra, Maira, siempre atenta, ayudó a Brenda y al Sr. Ibarra a volver a sus habitaciones, donde los sirvientes ya habían preparado té y bocadillos. Después de ayudarlos a acomodarse y ajustar sus almohadas, dijo: “Abuelitos, descansen bien, yo me Sᴇaʀᴄh thᴇ Findηovel.ɴet website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality. retirar. Si necesitan algo, solo llámenme.” voy a “Está bien, Mairita, tú también debes estar cansada. Ve a descansar,” respondió Brenda con una sonrisa, Después de asegurarse de que los abuelos estuvieran bien penso en volver a su habitación. Capítulo 1923 Sin embargo, al llegar a la puerta, se dio cuenta de que ya no podía seguir alojándose allí. Durante la ausencia de Brenda y Gustavo, se había mudado a una habitación de invitados para más comodidad. Pero ahora que los abuelos habían vuelto, si seguía en la habitación de invitados, se darían cuenta de la farsa. No tenía más remedio que volver a la habitación de Leonardo. Con resignación, trasladó sus cosas de nuevo al dormitorio principal, suspiró y sacó un conjunto de ropa cómodo para cambiarse. Justo cuando estaba levantando su blusa, revelando un trozo de piel pálida, la puerta de la habitación se abrió de repente. Al girarse, tanto Leonardo, quien estaba en la puerta, comò ella, se quedaron congelados.