Chapter 712 Capítulo 1888 Esther asintió. “Lo entiendo!” Ella sabia más o menos lo que tenia que hacer. Muchas veces, nos quedamos atrapados en una relación, sintiendonos deprimidos y lamentándolo toda la vida. Al final del dia, nadie puede controlar lógicamente sus propios problemas emocionales, ella tampoco lo hacía. Cuando regresó a la habitación del hospital, Leticia ya estaba despierta. Se levantó de la cama, cubrió a Carmen con la manta que habia pateado y suavemente le apartó el cabello suelto de su cara. Leticia estaba pensando que su hija también debió haber estado tranquila al lado de su madre cuando tenía esa edad, sin preocupaciones, pero su Luna se habia perdido debido a su mal juicio, Estaba pensando en cosas tristes, su humor estaba bastante decaido y cuando oyó abrirse la puerta de la habitación, se volvió para ver a Esther, ¡y sus ojos oscuros se iluminaron! “Luna, has venido!” Esther sonrió a su madre y luego puso a su hijo en el suelo, “¡Max, sé bueno y ve a comer empanadas con Sra. Berta!” Max era realmente bueno, con su madre a su lado, no tenia miedo de nada. S~ᴇaʀᴄh the ꜰind_ηovel.nᴇt website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality. Después de bajar a Max, se acercó a su madre, “Mamá, ¿cómo es que te despertaste tan temprano? ¡La Sra. Berta dijo que no dormiste bien anoche!” Leticia sonrió a su hija tratando de parecer relajada, “No es nada, solo tuve una pesadilla, ya no tengo sueño. Esther no hizo más preguntas por el momento, “¡Entonces come algo! ¡La Sra. Berta nos compró empanadas!” Leticia asintió, en realidad no tenia hambre, pero poder desayunar con su hija era algo muy raro para ella, estaba muy feliz. Habia una pequeña mesa en la habitación, se sentaron alrededor de la mesa, excepto Carmen que aún estaba durmiendo. Berta se ocupó de Max y sus empanadas, dejando que Esther tuviera tiempo para hablar con su madre. Al principio, Esther solo le pidió a su madre que comiera más y no mencionó nada sobre la familia Ibarra, por miedo a afectar su apetito, hasta que vio que su madre había comido casi todas las empanadas en su plato, entonces comenzó a hablar: “Mamá, en realidad he visitado la familia Ibarra en estos últimos años. Al oir eso, la mano de Leticia se tensó, miró a su hija con asombro y ansiedad. No tenia hambre, solo comía porque su hija se lo pedia y mientras comia, la escuchó mencionar a la familia Ibarra. ¿Luna había visitado a la familia Ibarra? Esther tomó otra empanada de su plato y habló con calma: “Fui alli varias veces por algunas razones. En ese momento, no sabían que yo era de Ibarra. Luego, mi hermano Leonardo lo supo y recientemente el Señor Leandro también lo descubrió” Cuando Leticia escuchó el nombre de Leandro, su corazón se tambaleó un poco, frunció el ceño y extendió la mano para agarrar la de su hija “¿Esa gente no te lastimó, verdad?” Esther negó con la cabeza, “No Mi hermano siempre ha esperado que yo vuelva con él a la familia Ibarra y ha sido muy amable conmigo. En cuanto a Leandro, el también quiere reconocerme, pero no le preste atención.” Una vez que se aseguró de que su hija no había sido objeto de maltrato por la familia Ibarra, Leticia pareció aliviada, “Eso es bueno. Tu hermano siempre ha sido quien más te ama, espero que ustedes dos estén bien, 1/2 en cuanto a los demás, si no quieres verlos, ¡no tienes que hacerlo!” Esther asintió y luego dijo: “Mamá, ¿sabes qué flores crecen en el jardín de la familia Ibarra?” Leticia quedó sorprendida ante la pregunta inesperada de su hija. Parpadeó desconcertada, luego negó con la cabeza, su voz era grave: “No sé, ni me interesa saber lo que sucede en su familia.”